Nacido de un pasatiempo, Zenteno es hoy una de las marcas que mayor presencia tienen sobre la mesa cuando de jamones se habla. Todo inició cuando Ramiro Zenteno Durán empezó a experimentar con la elaboración de jamón serrano alrededor del año 2000.
En 2009, se diversifica la producción de derivados del cerdo con jamones curados, cocidos y ahumados. El lomo curado, la bondiola, el tocino y el chorizo español son los productos curados; mientras que las butifarras, el jamón tipo york, los cocidos. Según los tiempos de curación, que oscila entre los nueves meses a más de dos años, los jamones de Zenteno se categorizan en Bodega, Reserva y Gran Reserva.
Jamones Zenteno conjuga en su producción materia prima de diferentes lugares de Bolivia. Mientras que los cerdos pertenecen a la región del Chaco, la sal con la que trabajan proviene del Salar de Uyuni. Cada sensación producida por sus jamones es el resultado no solo del trabajo y los estándares, sino de todo lo que ofrece el suelo boliviano.
Pero, si bien los jamones brillan por sí mismos, sabemos que son uno de los mejores maridajes para una copa. Desde Zenteno aconsejan acompañar sus jamones con vinos frescos, afrutados que no compitan, sino que se complementen con el producto. Rosados, blancos y espumantes son aquellos que sugieren para adentrarse en esa fiesta de sabores generada por el vino y el jamón.
Finalmente, Zenteno luce su propia cava con jamones, quesos y vinos de hasta 15 bodegas. Esta nace de la necesidad de concentrar los productos en un mismo punto para presumirlos al público y facilitar la compra. La Bodega del Jamón es un punto de degustación y comercialización para llevar a casa o a un viaje no solo el vino, no solo el jamón, sino todo el menú para el maridaje exacto.