Abrir una botella de vino espumante correctamente es todo un arte, especialmente durante las festividades de fin de año, cuando este tipo de vinos suele ocupar un lugar central en las mesas. Aunque las botellas de vino espumante no requieren un sacacorchos, su apertura requiere ciertos cuidados para mantener la elegancia del momento y evitar accidentes.

Antes de empezar, es fundamental que el vino espumante esté bien frío, a una temperatura ideal de entre 6 y 9 grados Celsius. Un vino demasiado caliente puede hacer que la presión interna sea mayor, lo que podría causar que el corcho salga disparado y el vino se derrame. Para mantener esa temperatura, es recomendable mantener la botella en una cubitera hasta el momento de servir.

El proceso de apertura comienza con la retirada de la cápsula que cubre el cuello de la botella. Este paso debe realizarse con suavidad y manteniendo siempre una mano sobre el corcho para evitar que salga inesperadamente. A continuación, se afloja el morrión (el alambre que rodea el corcho), siempre manteniendo una mano firme sobre el tapón para que la presión interna no lo expulse de forma repentina.

El secreto para abrir un vino espumante de manera segura está en girar la botella, no el corcho. Mientras una mano sujeta el corcho, la otra gira lentamente la base de la botella en un ángulo leve. De este modo, se controla la presión interna y se evita un estallido ruidoso. Lo ideal es lograr que el corcho se desprenda con un suave “suspiro”, manteniendo el estilo y la clase del descorche.

Finalmente, es importante tener a mano una copa para servir de inmediato si el vino empieza a derramarse. Las copas también deben estar frías, ya que esto ayudará a mantener las burbujas y a preservar la frescura del vino a lo largo de la velada.