El origen del champán se remonta a la Francia medieval, donde los monjes desempeñaron un papel crucial en su desarrollo. En ese contexto, Dom Pierre Pérignon, un monje benedictino de la Abadía de Hautvillers, es comúnmente asociado con la creación del champán, aunque su intención original era producir vino blanco a partir de uvas tintas. En su afán por perfeccionar el sabor de su vino, Pérignon enfrentó el desafío de las burbujas en las botellas, un fenómeno que inicialmente trató de evitar. Sin embargo, los consumidores ingleses mostraron preferencia por esta versión «burbujeante», lo que llevó a la aceptación y popularidad del naciente champán.

El clima frío y húmedo de la región de Champagne contribuyó a las características únicas de esta bebida. Las uvas se cosechaban tardíamente para permitir una mayor maduración, y la fermentación se detenía durante el invierno. Sin embargo, al elevarse nuevamente las temperaturas en primavera, la fermentación se reiniciaba dentro de las botellas, generando presión y burbujas.

Pérignon enfrentó desafíos técnicos, como la fragilidad de las botellas de vidrio de la época y la necesidad de encontrar un tapón adecuado para contener la presión del gas generado durante la fermentación. Con el tiempo, refinó su proceso y sentó los principios básicos que aún se utilizan en la producción de champán y otros vinos espumosos en la actualidad.

El legado vinícola de los monjes medievales no se limita solo al champán; su trabajo también contribuyó al desarrollo de otras variedades de vino y a la identificación de las mejores regiones para el cultivo de viñedos. A través de sus registros detallados y experimentación, sentaron las bases para la viticultura moderna, transmitiendo un conocimiento invaluable que perdura hasta nuestros días.

El champán, nacido como un error en la producción de vino, se convirtió en una de las bebidas más famosas del mundo, gracias al trabajo pionero de los monjes como Dom Pierre Pérignon, cuyo legado perdura en la tradición vinícola de la región de Champagne y en el resto del mundo.