En el año 1999 la bodega Aranjuez importó la primera planta de tannat para Bolivia, ante la incertidumbre de su rendimiento y vino. Esa acción pionera cambió el rumbo de la industria vinífera boliviana.
Hoy en día, la palabra tannat es una constante para el oído tarijeño y boliviano, pues esta variedad de la vid está presente en la mayoría de los viñedos y suelta sus mejores bondades en el vino; sin embargo, no siempre fue así. Hubo una época en la que la tannat era vista como una variedad problemática, ajena y, sobre todo, extranjera.
Fue en el año 1999 que la bodega Aranjuez decidió importar esa primera semilla que hoy compone los pilares de la industria vinífera nacional. La intención era importar 18 variedades distintas desde Francia y nuevas para el departamento. Y fue junto al enólogo e importador Ivan Bluske, quien recién había llegado de Uruguay, que trajeron la primera tannat a Bolivia.
Se trataba, a grandes rasgos, de una apuesta para Aranjuez, un riesgo en el que era probable perder, pues Ivan explica que la percepción que en esa época se tenía sobre la tannat era muy distinta: “Fue una aventura. De la tannat no teníamos ni idea de cómo se iba a comportar en Tarija. Sabíamos que era una variedad problemática por el exceso de taninos, una variedad muy específica para cortes de vino, pero nunca para un vino varietal. Ha sido un riesgo que hemos vivido juntos”, recuerda.
El tiempo le dio la razón a Aranjuez y la tannat demostró adaptarse muy bien a las condiciones climáticas de Tarija. Lo que quedó demostrado con la primera medalla de oro para el vino tannat de Aranjuez por encima de las etiquetas uruguayas. “A casi 25 años, estamos viendo los frutos. Nos enorgullece haber traído la cepa tinta más cultivada del país”, dice Ramoni Castellanos, presidente de Aranjuez.
Es así que gracias al riesgo asumido por Aranjuez, Bolivia goza de mayores reconocimientos y más medallas —incluso para otras bodegas—, gracias a esa primera planta de tannat. Y Tarija, por su parte, es la región que más uva produce y que de mayor tecnología goza cuando de vinos se habla.
Hoy, uno de los estandartes de la bodega es el vino Juan Cruz, un tannat gran reserva llamado así en honor al trabajador actual más antiguo de Aranjuez. Así como Juan Cruz es el estandarte de Aranjuez, tannat es la insignia de Tarija y Bolivia para el mundo.