Cuando se visita la finca “La Querencia”, hogar de la bodega y viñedos Barbacana, no solo se cruza un umbral hacia la experiencia enoturística chapaca, sino que se es recibido como en la casa de cualquier tarijeño; eso sí, con el vino y su proceso como protagonistas. Y es que más allá de repetitivos discursos sobre la calidad de un producto, la bodega trabaja una experiencia única para sus visitantes, una experiencia que empieza junto a los pasos de sus creadores.

En “La Casa” (como la denominan sus anfitriones) el visitante no es recibido por un guía turístico, sino por la familia de Rodrigo Trigo e Isabel Auad, quienes encabezan la marca de vinos desde el inicio. Esa es la verdadera diferencia con el resto, la que radica en la calidez del recibimiento y el cariño mostrado por los dueños en carne propia.


Tras cruzar ese umbral encabezado por la plateada barba de Rodrigo —que da nombre a Barbacana—, esperan al visitante la ruta guiada, la historia de la bodega, la explicación de los procesos del vino, el paso por las barricas y la cata dirigida. Sin embargo, según el tipo de paquete contratado, el turista puede compartir un típico asado tarijeño con la familia, mientras Rodrigo e Isabel cuentan la historia de la bodega con la guitarra en la mano y la voz en su mejor expresión.

La Familia Barbacana, Rodrigo Trigo e Isabel Auad, Emilia, Angélica e Isabel Trigo Auad y Jorge Nemer


Los paquetes para sumergirse en esta historia familiar oscilan entre los Bs 25 y Bs 370, por lo que es una experiencia al alcance de todos los curiosos que buscan conocer cómo una familia tarijeña se lanza con una marca de vinos. Las reservas están a pocos clics de distancia en la página web, distancia digital que tarda poco en romperse por el contacto humano en las viñas de Barbacana.
Cuando se visita la bodega de Barbacana no solo se cruza un umbral hacia la típica experiencia enoturística chapaca, sino que el visitante es recibido por la mano de una familia como cualquier otra, cuyos seis miembros trabajan por dejar claro que en Barbacana se está como en casa, se está en familia.