Bajo una filosofía que dicta dejar a la carne hacer su trabajo, Pinchos Parrilla se ha consolidado en el mercado Cochabambino gracias a su lema: “Sal y una sola vuelta”, la que remite a la forma de hacer una auténtica parrillada argentina.
Sin embargo, aunque ese pilar de su cocina enfatice lo simple, la historia detrás de la churrasquería tuvo que dar casi una decena de vueltas antes de convertirse en lo que es hoy. Y es que las grandes historias son, por lo general, el producto de sobreponerse a las dificultades y reveses de la realidad.
Es así que, para conocer el origen Pinchos, hay que remontarse años al pasado, cuando Juan Pablo Mejía migró a Beni para construir una nueva vida. Ese proyecto, sin embargo, tardó poco en derrumbarse por causas ajenas a su control. Regresaría entonces a Cochabamba con los bolsillos vacíos, pero con la vista calibrada para reconocer la buena carne.
Tras un par de trabajos en construcción, Juan Pablo utilizó sus ahorros para abrir un carrito de brochetas bajo el nombre de “Pinchos”. Los paladares cochabambinos le dieron la razón a su emprendimiento, aunque tuvo que vérselas con una competencia que crecía de un día para el otro. Pero se trataba de una competencia que no contaba con el olfato para reconocer la carne de calidad. En poco tiempo, Pinchos pudo inaugurar sucursales en diferentes patios de comida.
Lejos de terminar, el camino de Juan Pablo sufriría nuevos golpes tanto por los conflictos de octubre de 2019 como por la pandemia de covid-19, mismos que obligaron a cerrar las sucursales. En medio de esos parones de actividades, Juan Pablo pudo viajar a Buenos Aires, Argentina para capacitarse como parrillero. Para finalmente cambiar el menú de Pinchos a uno especializado en carne. Carne que destaca por sí misma y no por aderezos ni añadidos.
Pero Pinchos no se limita a los cortes de carne o brochetas. Pues bien se sabe en el restaurante que el mejor acompañamiento para un plato es una copa de vino. Por ello, cada tanto realizan eventos y degustaciones junto a bodegas, para motivar el disfrute del vino desde el conocimiento.
De esa manera fue que Pinchos Parrilla se ganó su propio lugar en la gastronomía cochabambina. Un lugar ganado gracias a los aprendizajes y dificultades de cada etapa previa a la actual.