Ubicada entre la calle Buenos Aires entre Melchor Urquidi y Miguel de Aguirre, La Rueda es una espacio que prioriza el trabajo con vinos tarijeños. Con el objetivo de asentar una cultura del vino que trascienda la moda, La Rueda organiza eventos cada tanto para ampliar el bagaje de los paladares de sus clientes.
“Es una cultura en crecimiento, esperamos seguir creciendo junto al público cochabambino”.
Para José Gabriel Millares Vaca, representante de La Rueda, la labor de este espacio va más allá de servir copas para los clientes. “Promocionar el consumo del vino tarijeño, crear una cultura de valoración y apreciación del vino”, son solo algunas de las cosas que buscan transmitir, pues para José Gabriel la experiencia es completamente diferente cuando se sabe todo lo que pasa antes de que la copa llegue a la mesa.
“El mundo del vino es infinito, la experiencia de tomarse una copa cambia cuando uno sabe y entiende todo lo que ha pasado y se ha trabajado para que esa copa llegue a la mesa”.
Por lo mismo, La Rueda realiza eventos de catas y degustaciones en colaboración con las bodegas aliadas, cuyos representantes guían a los asistentes. Algunas de las últimas actividades fueron la sesión de Arte y vino, dirigida por una maestra artista, y el Wine Time, una cata orientada solo a público femenino.
Si bien todo el concepto de La Rueda gira en torno a los vinos, en el menú se pueden encontrar bruschettas dulces y saladas, fondue de queso, pastas, tablas de jamones y quesos, así como de chocolate. Todo para dar en el clavo con el maridaje ideal y complementar la experiencia alrededor de cada copa.
En un futuro cercano, La Rueda, a más un año de su inauguración, planea abrir las puertas de su vinoteca a bodegas de Cochabamba, Samaipata y el Valle de Cinti, para abarcar tanto como sea posible la producción boliviana y darla a conocer a quienes aún son ajenos a su riqueza.